Respiré y observé ese espacio vacío que me ofrecía infinitas posibilidades. Fue esa sensación la que me hizo sentir el miedo y el vértigo más absoluto de toda mi vida. ¿Qué hacer sin nada?. ¿ Podría ser capaz de crear?. Perdido, desorientado, angustiado por pensar en la idea de no poder compartir mi arte y esa aportación que siempre he querido ofrecer al mundo con mi actuación. De pronto , respiré ese vacío , lo lloré sin dejar una lagrima escondida sobre mi cuerpo, de pronto, supe que no era tarde para empezar a sentir qué me pasa, realmente, con cada cosa qué me ofrece la vida en un instante concreto.

Descubrí , como actor , que la única manera de profundizar en los asuntos reales de cada personaje es a través de un vacío creativo. Partir desde ahí. Ese vacío que te hace investigar al servicio de unas circunstancias dadas que no son las tuyas, al menos, inicialmente. Ese vacío que te hace observar desde una profundidad y una pureza al servicio de un comportamiento o conducta de un ser que no eres tú.

Cuando sientes ese vacío , a partir de ahí, entras en lo que yo llamo , Espacio de Pura y honesta humildad que hace que te entregues, totalmente, a un nuevo mundo que se abre en tu camino.

Entra, camina, observa , siente, llena ese vacío de todo aquello que vas encontrando y confía.

Confía en ese instinto que te hace único.

 

 

 

Álex.